Una de las interrogantes más enigmáticas que se han hecho los científicos, especialmente primatólogos, es la que si los chimpancés -nuestros parientes más cercanos- poseen un sentimiento que pudiése considerarse de índole religioso. Recordemos que Jane Goodall y Frans de Waal han aceptado públicamente esta posibilidad. En sus investigaciones, han observado que estos simios conforme se van acercando a una catarata, el ruido de la caída del agua hace que el animal aumente su trote, erize su pelo y efectúe un verdadero baile al pie de la cascada.
En posición completamente bípeda, se balancea a uno y otro lado con sus pies dentro del Agua, levantando grandes piedras para después lanzarlas a lo lejos. También se ha observado que durante las lluvias, algunos chimpancés salen de su guarida para erizar completamente su pelo, balancerase rítmicamente -con semejanza a un baile- y quedar completamente empapados, volviendo a su refugio.
Otros primtaes han sido vistos colocando piedras en un hueco arbóreo como si tratásen de edificar una muy primitiva construcción, Personalmente, creo que se trata de un primitiva forma de religión animista, en que el animal trata de correlacionarse con el mundo que le rodea.