De rasgos toscos, como es en los primates, esta representación excelente de un guerrero-mono ejemplifica la estrecha relación de los hindúes con los animales a muchos de los cuales los consideran, todavía en nuestro tiempo, sagrados. Esta Cabeza nos muestra un bello tocado, trabajado excepcionalmente con gran ornamentación, bajorrelieves magníficos llamando poderosamente la atención las bellas orejeras que sirven de protección y a la vez de adorno a las partes anatómicas correspondientes.
La Cara del simio está espléndidamente trabajada, destacando la mirada incisiva, la enorme Mandíbula Superior y los pliegues de ambas regiones de los Carrillos. Se llega a observar una discreta parte de la zona superior del Torso. Esta escultura nos recrea en el vasto mundo mitológico en que se ha fundamentado esta excepcional cultura.