¡Ahí estaban!, la manada de viejos perros encabezados por Brian Johnson y Angus Young, nos pusieron al tope a más de 50,000 fanáticos que abarrotamos el Foro Sol del desquiciante Distrito Federal, capital de la República Mexicana, en una fría pero agradable noche del 12 de noviembre del año en curso. Eran cerca de 13 años que Angus y su banda habían tocado por última vez en estas tierras, en su ´Ballbreaker Tour´del 96. Fue una noche excepcional, única, en la que miles de cuernos fosforescentes, colocados en las cabezas de niños, niñas, jóvenes, adultos y viejos, se movían rítmicamente al furor de las melodías, y al frente, un escenario sensacional: una pantalla gigante que de inicio nos presentó una caricatura con divertidos mensajes subliminales de sexo, evocaciones diabólicas, y sobre todo, hermosas chicas, una enorme locomotora que más tarde nos provocaría con una robusta muñeca inflable (Rosie) desafiándonos con sus enormes senos e imagen de mujer de La Merced.
También estaban Phil Rudd y Malcom Young, impávidos. inexpresivos, como siempre ha sido su característica, el primero aporreando sus tambores y el segundo moviéndose maniáticamente con su Guitarra Rítmica, Cliff Williams, con su mata blanca, llena de canas y su rítmico bajeo al margen de los demás, Brian Johnson, el perro más viejo (según sus propias palabras), sacudiéndose a más no poder y, evidentemente, haciendo un esfuerzo extremo para obtener los registros agudos de algunas de sus canciones (la edad nos cobra factura) y finalmente, el Niño-Viejo, el cabrón que parece que los años no pasan por él, con su trajecito de colegial de color vino y cachucha obligada, que a medio concierto hizo su famoso stiptease quedándose en cueros de la cintura para arriba, valiéndole madres el frío de la noche.
Con mezclilla, playeras sencillas, botas vaqueras, zapatos de escuela, sin vestimenta sofisticada, vistosa o compensatoria (existen infinidad de grupitos que para compensar su limitación musical hechan mano de trapos vistosos), los 5 músicos nos botaron el cerebro con temas como ´Rock´n Roll Train´, ´Hell Bells´,´Highway to Hel´The Jack´,´Back in black,´Whole Lotta Rosie´,´Big Jack´,´War Machine´,´You shook me all night long´, y otras más. Fueron más de 2 horas en que 5 tipos de lo más selecto del Hard-Rock mundial, unieron a más de 50,000 individuos no sólo mexicanos ya que había peruanos, colombianos, brasileños, guatemaltecos y curiosamente mucho alemán, 2 horas que demostraron que profesionistas, lavadores de autos, tianguistas, desempleados, graperos, comerciantes, lesbianas, homosexuales, heterosexuales, bisexuales, niños, jovenes, adultos, viejos, formamos un Frente Común, algo que ningún asqueroso partido político o estúpida creencia religiosa ha logrado hacer en forma ESPONTANEA en éste país.
AC/DC dejo una profunda huella en una nación kafkiana abatida por la violencia, la impunidad, la enorme corrupción política, el desempleo, la desnutrición, una huella también presente en nuestra psique, en nuestros sentimientos, haciéndonos recordar que ése compás de 4/4, primitivo, sencillo, sin igual, rítmico, burdo -para algunos- es la esencia del verdadero Rock, aquél que surgió a través de los campos de algodón sureños de los Estados Unidos y que, definitivamente, nos acompañara hasta la Muerte. Al menos, en mi caso.