En una realidad más descabellada, más increíble que cualquier ficción, una carta que se mantenía secreta procedente del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el conflicto armado en Libia, fechada 8 de Marzo de 2021, denuncia que un año antes, dentro de la operación militar “Tormenta de Paz”, por primera vez en la Historia de la Humanidad (¿¿¿???), un dron atacó a humanos en Libia DE FORMA TOTALMENTE AUTONOMA. Como siempre, la ONU, la cual, repetidas veces hemos dicho, y escrito QUE NO SIRVE PARA NADA, afirma desconocer los daños y el número de víctimas causadas por el dron, pero sí que las fuerzas atacadas tuvieron que retirarse.
Lo muy interesante es que el agresor fue el STM Kargu-2, un dron tipo multicóptero el cual puede desplazarse a una velocidad de 140 kms/h y con un peso de 7 kilos, equipado con ojivas explosivas de distintos tipos para atacar edificios y vehículos, y una carga de fragmentación destinada a objetivos humanos. Es una arma mortífera que regresa segura a su base una vez que ha cumplido sus cometidos, previo reconocimiento facial. No es un kamizake sino una máquina, un robot asesino de los muchos que se han desarrollado a pesar de la aparente oposición de organismos internacionales por prohibir las armas autónomas. Nuevamente, El Futuro Anticipado.