Tomado del texto original, publicado en 1599, éste pequeño tratado se constituye en una de las más bellas obras alquímicas jamás escritas. Su autor, evidentemente de orígen alemán, POCO O NADA SE CONOCE DE SU VIDA, el mismo se hacía llamar “Noble Germano” y su blasón se constituye en 2 corderos, uno localizado en la parte superior y otro en la inferior, lo que nos conlleva a la clara referencia del postulado del enigmático Hermes Trismegisto: “…..lo que ésta Arriba es como lo que está Abajo…..”, además en las hermosísimas láminas de las que consta el libro, si comprendemos un poco el significado de las mismas, podemos encontrar francas referencias al Simbolísmo Cabalístico, El Apocalípsis de San Juan, El Libro de los Salmos y otros. En una breve introducción, El Artista, como la gran mayoría de los alquimístas, consagra su trabajo a Dios, ya que sin su inspiración El Arte no se puede realizar, teniendo que ser discretos, ocultos en su proceder así como no dar ningún tipo de enseñanza a quién no lo merezca, es decir, al profano. En pocas palabras, Dios es el inicio y el final de la Obra.
El texto está constituido por sublimes láminas en las que, con un portentoso simbolismo, podemos encontrar a 2 peces en un gran mar, representando al Alma y al Espíritu, también tenemos una lucha entre un guerrero y un dragón de color Negro al cual, cuando se le corta la cabeza transformándose en Blanco, signo de la Regeneración Alquímica, el extraordinario material gráfico se continúa con la presencia de 2 robustas bestias en un bosque: un Ciervo y un Unicornio, aquí el primero es el Alma y el segundo el Espíritu, nos continuamos con la aparición de 2 Leones, los cuales representan, seguramente al León Verde y al Rojo, respectivamente, pasos importantísimos para llegar a la Gran Obra, pero también hallamos a un Lobo y a un Perro los cuales lucha encarnizadamente, manifestando la Mortificación y la Albificación, los cuales son pasos de la Obra posteriores a la Putrefacción. Tal vez la figura o lámina más representativa es ésta, la sexta en la cual encontramos a un hermoso Dragón que vive en el interior, lo más profundo del bosque, ni siquiera el Basilísco se puede comparar con él, hablamos de Ouroboros, el Dragón que se muerde la cola y constituye el Ciclo de la Transmutación Metálica, de la Vida Misma, de éste Dragón se obtiene la Medicina Suprema ( aquí el Mercurio se encuentra convenientemente y alquímicamente precipitado y sublimado disuelto en su Agua propia y coagulado inmediatamente, para Basilio Valentín, el Ouroboros representa también el Conocimiento), encontramos en la séptima lámina a 2 pájaros que manifiesta al Mercurio sublimado, estos se continúan con la presencia de otros 2 pájaros uno Blanco y otro Rojo, los cuales serán convertidos en una Paloma Blanca la cual dará origen al Fénix (también estos pájaros pueden ser representados por una Rosa Blanca y otra Roja, pasos previos a la aparición de la Piedra Filosofal).
Finalmente el Señor del Bosque, que se constituye con el Primer Grado de Tintura, se encuentra en íntima relación con Dios, posee el Oro y la Plata filosofales, las Perlas y las Piedras Preciosas así como la Medicina Universal, la cual cura todos los males. La figura, decíamos, muestra la Salamandra al Fuego, en un crecimiento y mejoramiento de la Tintura o Piedra de los Filósofos, después en una extraordinaria lámina, observamos, posterior a los procesos de Regeneración, al Padre, al Hijo y al Guía que se constituyen en el Cuerpo, el Espíritu y el Alma, respectivamente, en la figura número 12 existe un imagen por demás representativa: el Hijo y el Guía o sea el Espíritu y el Alma en la cima de la Montaña ( símbolo de lo más alto, del punto máximo del Conocimiento), aquí se encuentra situado el Vaso de los Sabios, la siguiente corresponde a la actitud del Padre que deglute al Hijo, como simbolizando que Padre e Hijo son inseparables del Ser. Finalmente, el Padre se encuentra postrado en una cama, tratando de digerir al Hijo, Dios le envía una lluvia intensa de Plata pura, aquí el Padre está recubierto de un fino y fuerte sudor, del cual destila la verdadera Tintura (obtención de la Piedra Filosofal).
Es por demás obvio, que con ésta obscuridad de símbolos y metáforas, el-no acostumbrado a las obras alquímicas, se le dificultara la integración y entendimiento de los datos, pero he aquí una extraordinaria, didáctica y pequeña obra que, en su tiempo, el mismo Fulcanelli veneró intensamente.