Durante días, en este país se estuvo comentando el hecho de que si se salvaría a un joven o a un viejo de la Muerte cuando los hospitales estén rebasados por la Fase III. La decisión es bien simple: si llegáse grave la abuela de Felipe Calderón o un anciano “RECOMENDADO” por el secretario del secretario del secretario de un Tribunal Electoral y necesitáse la ateción médica urgente y, sobre todo, un ventilador y a la vez, llegáse un joven humilde, de aspecto indígena, piel morena, brillante en su quehacer escolar con las mismas necesidades de atención médica, ¿QUIEN CREEN QUE SERIA EL BENEFICIADO?.
Esa es la brutal realidad que se va a vivir dentro de unos días al llegar La Sombra de la Fase III a este país.