Sin lugar a dudas, Carl Sagan fue, es y será uno de los científicos y divulgadores de Ciencia más conocidos en el Mundo. Sus obras, editadas a todo lujo, tanto en forma de libros como de material videográfico, han acaparado la atención de millones de personas, acercándolas un poco al intrincado mundo del Conocimiento Científico; sin embargo, Sagan mantenía un actitud ambígua en cuanto al fenómeno de la Vida y por ende al orígen de la civilización en la Tierra.
Fue a fines de la década de los 60´s, cuando junto al eminente astrónomo y exobiólogo soviético Immanuel Shlovsky, Sagan publica el libro “Intelligent Life in the Universe”, que suscita los más variados comentarios así como grandes polémicas, en él -y como punto principal del mismo-, los autores, y básicamente Sagan, argumentaban que “……se debe reconsiderar seriamente el orígen de la Civilización Sumeria ya que no es explicable que un grupo de pobladores neolíticos súbitamente hayan alcanzado un alto grado de desarrollo en los campos de las Matemáticas, Arquitectura, Medicina y sobre todo, Astronomía, sin la intervención de seres provenientes, tal vez, del Espacio Exterior…….”.
Para éste par de científicos, los seres tantas veces mencionados en los textos sumerios, conocidos con el nombre de “Akpallus”, muy probablemente tenían orígen extraterrestre y se constituyeron en los primeros guías de estos primitivos grupos humanos asentados en la Mesopotamia. Este trabajo trajo consecuencias no previsibles en el ámbito científico establecido. Los autores fueron amordazados y para Sagan se presentó la promesa de que sus futuras obras tendrían divulgación mundial tanto en libros o como videos -como sucedió con la afamada serie “Cosmos”– si cambiaba de opinión.
El científico fue convencido para que no hablara más de la palabra “extraterrestre”; poco después, como premio a su silencio, obtendría el codiciado premio “Pulitzer” por su magnífica obra “Los Dragones del Edén”, en sus trabajos e investigaciones posteriores, como el libro titulado “El mundo y sus demonios”, el autor arremete duramente contra todo lo referente a los fenómenos considerados como “extraños” los cuales siempre han rodeado al Hombre y a la Naturaleza (fenómenos parasíquicos, ovnis, animales y criaturas extrañas, etc, etc), ésta actitud la sostuvo hasta su muerte acaecida apenas hace unos años, sin embargo, se debe mencionar un dato curioso: Carl Sagan cuando se encontraba con grupos reducidos de científicos y/o colaboradores siempre consideraba la existencia de Vida Extraterrestre Inteligente así como la de los ovnis.
Su actitud fue muy diferente a la de otros científicos, en especial a la del grandioso Stephen Hawkings, considerado en la actualidad como el Físico Teórico más grande de los últimos tiempos, él cual es un total convencido de la existencia de otras dimensiones aparte de las que nosotros nos relacionamos diariamente (Teoría de las Cuerdas), así como la referente a que el Tiempo es flexible pudiéndose realizar viajes hacia el Pasado o hacia el Futuro. Sin restarle méritos a su invaluable obra así como a su infatigable labor de divulgación científica, Carl Sagan olvidó las palabras del grandioso Pierre Teilhard de Chardin: “…….a nivel del Universo, todo lo fantástico puede ser real….”.