Como consecuencia de lo que algunos llaman “progreso”, la contaminación lumínica producida por las ciudades no solo es un problema para los astrónomos sino también podría afectar considerablemente la regeneración y crecimiento de los bosques en zonas tropicales ya que de acuerdo a investigaciones realizadas por científicos de la Universidad Libre de Berlín en Alemania, la luz artificial altera el comportamiento de algunas especies dispersoras de pólenes y semillas, por ejemplo, el de los murciélagos frugívoros. Esto provoca que la tasa de recuperación natural de las selvas sea sumamente lenta, en comparación con la deforestación causada por las actividades humanas.
Bajo condiciones naturales de obscuridad, es común que los quirópteros dejen caer gran cantidad de semillas en diversos lugares, lo que ayuda a restablecer fragmentos de selva, sin embargo, son sensibles a la luz y por ello evitan las áreas en donde se presenta una iluminación artificial nocturna, impidiendo la recuperación de esos hábitats. Para disminuir el impacto de esta contaminación se recomienda promover que las áreas naturales sean zonas libres de luz artificial.