Fue en Abril del 2011 cuando científicos de la NASA observaron la unión de 2 enormes vórtices de calor que provocaron una gigantesca tormenta en la troposfera de Saturno. Antes de unirse, ambas masas se desplazaron cientos de kilómetros acumulando una enorme cantidad de energía en 2 aparentes “bolsas” de aire caliente.
Y aunque los expertos preveían que ambas se dispersaran y enfriaran sucedió lo imprevisto: se fusionaron y alcanzaron una temperatura 80 grados centígrados mayor que la de su entorno, las consecuencias reales de este extraordinario fenómeno se desconocen y aún, en plena mitad del 2015, no se sabe si esta enorme cantidad de energía se ha disipado por completo.