Esta bella escultura realizada por Giacomo Manzú esta considerada como una de sus representaciones más elaboradas y humanas. El estudio inicial para esta obra fue efectuado en 1938, antes de la Segunda Guerra Mundial, siendo finalizado en 1955. El estilo de la forma escultórica es por demás realista, considera la gracia corporal como un elemento base para el desarrollo del trabajo, anatomicamente es integro, con los detalles moldeados de acuerdo a la imagen a trabajar, en ella se observa un contorno corporal bien definido, la cara manifiesta una expresión tranquila, demasiado humana, con detalles finos bien logrados en cuanto hablamos de cabello, ojos (discretamente cerrados), nariz, ésta afilada, y boca pequeña con labios delgados, los pabellones auriculares de dejan observar entre el cabello, el tórax es longilíneo, los senos son pequeños, asoman la transición de niña a mujer, los brazos descansan plácidamente sobre la parte superior de los muslos y las piernas son largas terminado en unos pies, al parecer, cubiertos por invisibles zapatos o bien, no se observan los dedos. La silla es sencilla y delicadamente trabajada, sin ornamentación alguna.
Se encuentra actualmente en el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden, Washington D.C. y esta realizada en Bronce.