La gran diversidad de imágenes, proyectos y objetos que caracterizan a la obra del gran Isamu Noguchi es siempre sorprendente, pero esto ha sido consecuencia de la combinación única de la gran variedad de influencias que han marcado profundamente su quehacer artístico. Esta escultura es un totem que se erige orgulloso, haciéndonos recordar vagamente aquellos que se construyeron en el pasado sin imitarlos pero, paradojicamente, relacionandose con ellos. Esculpido en mármol blanco muestra ángulos bien definidos y superficies discretamente excavadas en algunas partes, la continuidad lineal se pierde ocasionalmente con algunas hendiduras lo que probablemente pudiese significar la ruptura o falta de creencia en lo que el totem representa como tal.
Se encuentra en Withney Museum of American Art, New York y fue esculpido en 1959.