Se trata, más que nada, de un recinto rectangular de grandes dimensiones, construído de adobe y piedra, rodeado de una alta muralla decorada con relieves perfectamente trabajados en forma de nichos, al que se accedía atravesando una monumental puerta. En el interior, se han encontrado los restos de un edificio que totalmente no esta excavado. Como en Hieracónpolis, falta toda referencia a la existencia de instalaciones asociadas con la tumba del rey Khasekhemui, parece tratarse más bien aquí de un recinto ceremonial con funciones distintas a las inmediatamente asociadas con el culto funerario, sin embargo, cabe mencionar que ante la falta de excavaciones completas, queda la duda si realmente no se constituyó este lugar en un sitio semejante a un santuario o bien a una fortificación.
Se construyó a finales de la II Dinastía, en el año 2,720 A. de C.