Desde hace ya casi 30 años, los 20 países ribereños a esta cuenca marítima firmaron en Barcelona un llamado Plan de Acción para la protección de este importantísimo mar, influencia determinante para el nacimiento de gloriosas culturas antiguas y desarrollo sustentable de las economías de dichos países, dicho plan tuvo la sana intención de reducir a lo máximo el vertido de sustancias tóxicas hacia sus aguas, malogrando la extensa biodiversidad que se encuentra en ellas así como la creación de una Comisión de Vigilancia Mediterránea cuyo objetivo era impulsar el desarrollo sostenible de la cuenca. Si embargo, han pasado casi 30 años sin que hasta la fecha se obtuviesen beneficios importantes con estas acciones, el Mar Mediterráneo muere día a día. Se ha determinado que las costas mediterráneas, a lo largo de Europa, Asia y Norte de Africa reciben un promedio de visitas anuales de casi 350 millones de turistas los cuales triplican los residuos vertidos por las localidades costeras, esto aunado a la presencia de desechos altamente contaminantes en sus aguas lo convierten en un mar que casi muere.
La concientización debe de hacerse presenta más que nunca ya que la pérdida de este mar significaría la pérdida de una baluarte indiscutible del desarrollo de la Cultura Humana.