Desafortunadamente, estos excelentes autores ya no están con nosotros. Alejandro Vignati fue un investigador argentino de buena reputación el cuál abarco en su trayectoria diversos temas enfocados a las paraciencias, Faber Kaiser fue conocido mundialmente tanto por sus investigaciones sobre documentos desclasificados de la CIA sobre OVNIS así como por su libro “Jesús vivió y murió en Cachemira”. El libro que a continuación comentaremos es un volúmen de 212 páginas en las que se abarcan diversos misterios tales como las Combustiones Humanas Espontáneas, en éste apartado llama la atención la referencia que se hace de ésta fenomenología desde hace mucho tiempo, incluso, la mención del Dr. Jacobs en su texto “Anomalías y curiosidades de la Medicina” en donde encontramos una serie de enunciados que caracterizan a éste importante fenómeno. Resaltan también los múltiples casos comentados sobre éste importante enigma, todos ellos con sus referencias correspondientes. En el siguiente capítulo, el cuál hace mención a aquellos individuos que pueden soportar el accionar del fuego, los autores hacen el comentario del extraordinario experimento realizado en 1953 por Stanley L. Miller en la Universidad de Chicago en donde en el laboratorio se combinó metano, hidrógeno, amoniaco y agua que junto con la acción de la electricidad se formaron primitivos aminoácidos, comparando las condiciones primigenias de nuestro planeta y resaltando la conjugación de estas sustancias con la fuerza eléctrica para promover la aparición de Vida en la Tierra. Como parte del tema, se hacen comentarios de las investigaciones de los Drs. George M. Gould y Walter L. Pyle sobre los casos registrados de bioluminiscencia en seres humanos ( sudor y orina luminosos, úlceras luminosas, casos de enfermedades de la piel así como de tumores que extrañamente albergan ésta propiedad), nuestra lectura continúa y nos encontramos con el capítulo referente a la posibilidad de vida animal en el espacio (“las increíbles medusas del espacio”), particularidad hasta ahora no investigada. Los autores llaman a éstas criaturas “animales atmósfericos”, tomando en cuenta las notables investigaciones del malogrado científico, inolvidable, Ivan T. Sanderson, esta hipótesis, creo yo, no debe de descartarse ya que en la actualidad se habla de los famosos Rods, que para algunos son formas de vida atmosférica todavía no conocidas por la “Ciencia Oficial”, relacionado directamente con éste tema, encontramos el referente a “lo insólito que baja del cielo”, en él se describen hechos tales como las huellas dejadas por el llamado “Diablo de Devonshire”, en Inglaterra durante 1855, así como de supuestas criaturas encontradas en la zona inglesa de Canvey Island que en la actualidad sabemos que se trataron de una especie rara de pez llamada “pez murciélago”, ambos autores reafirman su interés por aquellas partículas vidriosas que se forman a altísimas temperaturas llamadas tectitas y que algunos creen que se tratan de pruebas irrefutables de presencia extraterrestre en nuestro planeta o bien resultado de la interacción de la Luna con la superficie terrestre. En “Los condenados de la ciencia”, encontramos una agradable semblanza del Magnífico Charles Hoy Fort que con sus rotundas investigaciones modificara la mentalidad científica a mediados del siglo pasado, en una directa referencia a la importancia de sus pesquisas, los autores destacan los fenomenos de teleportaciones, apariciones y desapariciones misteriosas, la caída del cielo de objetos manufacturados y otros fenómenos llamados , precisamente, “forteanos”. Un capítulo entero se llevan los estudios orientados hacia temas como las pirámides de Gizeh, resaltando sus relaciones con la Geometría Sagrada así como sus alineaciones con los astros, leémos la supuesta maldición de Tutankamon, el título del capítulo es de “Hipótesis Fantásticas”. En “La noche de los tiempos”, viajamos hacia Babilonia y sus antiquísimas e increíbles pilas eléctricas y, tal vez, el punto más interesante de éste magnífico libro, la posible presencia de antiguos pueblos procedentes del Asia Menor habitando parte del Cono Sur, no podía dejarse de mencionar la leyenda de Quetzalcoatl en donde se hace referencia a un individuo blanco y barbado de orígen hasta la fecha desconocido. Aquí se escribe con interés sobre las doctrinas de Hans Horbiger (ver algunas referencias de su vida en ésta página en el rubro de “Personajes Extraños”). Finalmente, en el capítulo “Supervivencia en la Prehistoria”, se mencionan aquellos miesterios relacionados específicamente con homínidos desconocidos para la llamada “Ciencia Oficial”, así como supuesta presencia de seres semejantes a dinosaurios que polulan en diversas zonas de nuestro planeta como el Congo, Indonesia, Loch Ness, etc, etc.
Alejandro Vignati y Andreas Faber Kaiser “Los grandes enigmas del cielo y la tierra”. Edt. A.T.E. Barcelona. España. 1979.
Mi punto de vista de esta obra es el de una aceptable recopilación que se continúa con lo escrito previamente por diversos autores. Constituye en una referencia por demás importante para leer y sobre todo, para poseer, más tratandose de autores reconocidos de habla hispana.