Realizada también el mismo año que “El Primer Día de la Primavera”, esta exorbitante Obra muestra, más que nada, el perturbado psiquismo del Maestro en lo que se refiere a la sexualidad: un robusto pedestal en donde se pueden leer las palabras “miligramo”, “centigramo” y “gramo”, respectivamente, da sostén a una estatua andrógina en donde se observa una cara cubierta por una mano como si estuviese apenada o pagando una culpa, se observan senos; por otra parte, se encuentra la otra mano pero enorme como si pidiera algo o quisiera tomar algo: es la mano del masturbador, del onanista. Una forma masculino de espaldas, musculosa, toma a la figura anterior por sus genitales como si la estuviese masturbando. En la base del pedestal, un león sostiene con una pata a una esfera, la parte trasera de otro animal semejante se observa más adelante. El león simboliza la ferocidad, el deseo y a la vez el terror ante la sexualidad.
La imágen principal es la de un rostro -como tantos en su obra- de perfil y con ojos cerrados en cuya boca se encuentra un saltamontes, también una figura relacionada con el temor sexual, por atrás, una mano parece jalar a la cabeza, por arriba, una serie de perturbadoras, extrañas y oníricas figuras son posible observar: guijarros, sombreros de diversos tipos, cabeza de pájaro, de un hombre barbado así como el torso de una mujer desnuda mostrando los senos. Es una especie de espiral cuya parte central es una gran figura en forma de piedra que presenta una Vulva. De la cara de la mujer hacia abajo, diversos trazos y dibujos son posible observar así como muy diversa coloración, Todas estas líneas y dibujos confluyen en unos glúteos de mujer los cuales aparentemente se encuentran sangrando. Una gran escalera se observa en el extremo inferior derecho -para Freud, la escalera era una representación del terror a las relaciones sexuales-. En el escalón superior, se observa una forma constituída por piedras o guijarros y en la parte inferior, un hombre barbado, con mirada desorbitada, risa enigmática que porta en la mano un lienzo con huellas de sangre, lo más interesante es que se halla defecado, una forma antropomorfa lo abraza con el cráneo sin cabello y con una abertura en medio, dando muestras de culpabilidad. La base de la escalera presenta una saliente que hace forma de arco. El cielo es azul claro con marcada luminosidad hacia el horizonte.
Podemos encontrar en esta, en demasía, interesante Obra muchos elementos extraordinarios: desde los espacios silenciosos, oníricos, muy parecidos a la obra de Giorgio de Chirico, pasando por las extrañas figuras que representan una tan mencionada sexualidad trastornada del Maestro, hasta una de las figuras -la principal- que se pudiése considerar “teleplasmática” sin embargo, y a pesar de todo, esta es la primera obra REALMENTE SURREALISTA de Dalí, tanto que por el contenido escatológiico presente, perturbo hasta los mismos surrealistas. Realizada en 1929. Oleo sobre cartón. 44 cms. x 30 cms. Colección privada.