Zedillo y López Obrador: cuando se olvidan los favores.

Los políticos en México son mierda. En todos los sentidos. Son perros que buscan afanosamente seguir robando, controlando, engañando a un pueblo de imbéciles, analfabetas, viscerales individuos; por otra parte, la mafia política OLVIDA fácilmente los hechos pasado, esto, en base “a la democracia y el compromiso con el pueblo”, por lo tanto no se acuerda o se hace pendeja de hechos, circunstancias y vivencias ocurridas con anterioridad. Hace ya algunos días, el burro de Palacio y el ex-presidente Ernesto Zedillo escenificaron una trifulca de dimes y diretes que tiene un antecedente muy importante y es el siguiente: en 1997, el “revolucionario” López Obrador tomo 51 pozos petroleros tabasqueños, que según él, Pemex afectaba los terrenos de los campesinos y pescadores que ahí vivían. Al tomar esos pozos, el Peje, trataba de conseguir que esos pobladores obtuvieran indemizaciones, sin embargo expuso a estos, al cruzar un puente, a estar en contacto con sustancias tóxica e inflamables que pudiesen causarles graves daños, además, la paraestatal petrolera lo denuncio por bloqueo de zonas de trabajo y por ende, pérdida de recursos importante para esta.

Se dictó orden de aprehensión por parte del Gobierno Federal a lo que la primera esposa del Peje intervino hablando con el gobernador Madrazo para que no lo encarcelaran. Zedillo se enteró y dio orden de que se suspendiera su detención, de ahí la famosa frase del Peje: “es un honor estar en la cárcel cuando se defienden causas justas”. Después, Ernesto Zedillo intervino para que el PRI retirara una denuncia ante el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) que le habría impedido al Peje participar en la búsqueda de la Jefatura del Gobierno del mismo por allá del 2012. Esto dio pauta para que el tabasqueño pudiése seguir con su camino político Es así como los “grandes luchadores populares” fincan su poder, con traiciones, manipulación y sobre todo, olvido.